martes, 7 de septiembre de 2010

Reescritura

Cambio de planes

            

            El día del juicio, Rafael Laffay se levantó a las 11.30 de la mañana, para esperar al juez del horario de la tarde. Había soñado que navegaba en un buque, que el mar estaba movido y, como en la vida real, tenía miedo... tal vez menos que el que sintió al despertar. "El agua era un constante en sus pesadillas", acotó Miguel Albano, su mano derecha, recordando, 10 años después, los acontecimientos de aquel viernes condenado.
            Adaptación

             El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por completo salpicado de cagada de pájaros. 'Siempre soñaba con árboles', me dijo Plácida Linero, su madre, evocando 27 años después los pormenores de aquel lunes ingrato.
            Gabriel García Márquez [«Crónica de una muerte anunciada».]

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