Coca-Cola a través del tiempo
Los tiempos cambian y, con ellos, la publicidad también evoluciona. El primer logo, más antiguo, contiene la información puesta en palabras, está más cargado. Su composición es básicamente circular, con una tipografía característica, colores dorados y rojos, dando un tono de superioridad a la bebida. Además, no tiene ningún gráfico. En cambio, el segundo tiene un diseño más austero, casi sin palabras, excepto la marca. Prima el color negro y los relacionados al fuego. Al centro, una llama, que resalta la energía.
Por otra parte, tenemos estas dos imágenes parecidas en color. La primera no tiene el nombre de la compañía. Uno apela a la energía, al fuego; el otro, a la forma de la mujer, a las curvas parecidas a las de la botella, mientras que el otro envase es un cilidro recto, largo. El nombre de la marca en este último casi no resalta, pues el ícono ya te lo dice; sin embargo, el anterior sí requiere del nombre para saber de qué se trata, cuál es el producto.
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