lunes, 15 de noviembre de 2010

Perfume de mujer (Martin Brest)

Tango a ciegas



El coronel Frank se acerca, junto con Charlie –o más bien, guiado-, a una mesa donde se encuentra una hermosa mujer. Pronto se convierte en dueño de la conversación. Su olfato no le falla, identifica el jabón que ella usa, y su oído escucha más que palabras, sensaciones, sentimientos, risas. El acompañante insiste en que no le haga caso a su irónico sentido del humor, pero él continúa y ella sonríe. Donna, un poco desconfiada, accede a la proposición del galante hombre: aprender a bailar tango. Es un juego de los sentidos. Hombre y mujer, cautivados por la música, bailan “Por una cabeza” de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera (1935). Una orquesta toca una melodía que sus cuerpos entienden, sienten, mas no ven. Él es ciego, pero conduce a la chica con pazos sabidos, rítmicos. Sonríen, disfrutan cada segundo, mientras el tímido espectador observa ilusionado las habilidades.

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